Tras la multitudinaria concentración del pasado 10 de diciembre en Sol, en la que acompañamos a personal de enfermería, fisioterapia, técnicos III, TIS o educadoras amenazadas por una reorganización de plantillas cuya primera consecuencia sería su cese a mitad de curso, la Consejería cede.
Lo que antes era una decisión ineludible, impuesta unos procesos de estabilización que debían estar concluidos a final de año, se ha resuelto con un simple aplazamiento hasta final de curso de la reestructuración de las plantillas.
La movilización del personal afectado ha sido clave para poner un poco de sentido común en una administración a la que en temas de gestión bien se le podría aplicar el dicho de “dime de qué presumes y te diré de qué careces”.